Etimológicamente el término “forense” deriva del latín “forensis”, referido al forum de
las ciudades romanas; la plaza donde se trataban los negocios públicos y donde el pretor
celebraba los juicios. Por tanto, la palabra esta referida al “foro” o lugar donde se
administra justicia. “Sitio en que los tribunales oyen y determinan las causas”
(Diccionario de la Real Academia Española)
En general, el termino Psicología forense engloba todas aquellas actividades que el
psicólogo puede realizar en el “foro”, en intervenciones específicamente solicitadas. En
palabras de J. Urra (1993) es “la ciencia que enseña la aplicación de todas las ramas y
saberes de la Psicología ante las preguntas de la Justicia, y coopera en todo momento
con la Administración de Justicia, actuando en el foro (tribunal), mejorando el
ejercicio del Derecho".
Siguiendo a Garzon (1989), y la diferenciación que ésta establece entre psicología
jurídica y psicología forense, observamos que no solo supondrían dos enfoques
diferentes en su relación con el Derecho (filosófica vs aplicada), sino también dos
concepciones distintas de la psicología (colectiva vs individual).
En definitiva, podemos concluir que la psicología forense es la denominación que ha
recibido la vertiente aplicada de la psicología jurídica, entendiéndose que su función
principal es la de ofrecer funciones de soporte a las administraciones de justicia.
El principal requerimiento que se realiza al psicólogo forense es la elaboración de
peritajes psicológicos, función que, como ya señaló Muñoz Sabaté (1980), abarca una
gran cantidad de ámbitos específicos en el marco jurídico porque “el derecho es algo
multidimensional y omnipresente. El caso más insospechado puede presentar algún
problema de prueba susceptible de ser tratado con métodos psicológicos.”
La necesidad de la intervención de los psicólogos como peritos en los diferentes
procedimientos judiciales no es nueva, se viene planteando desde principios del siglo
XX (Ibáñez y Avila, 1990), citándose como primeros antecedentes el testimonio de
Albert von Schrenck-Notzing en un juicio celebrado en Munich en 1896, que informó
sobre la influencia de la sugestión en numerosos testigos a causa de los efectos de lo
publicado en la prensa sobre el caso de asesinato que se juzgaba; así como la
publicación de la obra “On the Witness Stand” de Hugo Münstrberg en 1908 en la que
defendía que con los conocimientos sobre percepción y memoria los psicólogos podían
comprender mejor que los juristas la mente de los testigos. Münstrberg, propuso la
utilización de un Test de Asociación de Palabras que ayudara a establecer la
culpabilidad o no de los acusados, lo que le valió durísimos ataques de los juristas.
Ejemplo de las intervenciones más frecuentes en los diferentes ámbitos:
- Derecho Penal: se valoran cuestiones como la responsabilidad criminal en casos de
trastorno mental de un acusado (evaluación de la imputabilidad del procesado), la
competencia de un individuo para ser juzgado o para prestar testimonio, las secuelas
de las víctimas, etc.
- Derecho civil: principalmente procesos de tutela e incapacitación de adultos,
internamientos psiquiátricos involuntarios, protección de menores, valoración de
daño y secuelas psicológicas, etc.
- Derecho de familia: temas de adopción y privación de derechos parentales de los
progenitores (patria potestad), en la atribución de la custodia de los hijos en caso de
divorcio, nulidad y separación, recomendaciones sobre planes de comunicación y
contacto, adopciones, filiación, etc
- Derecho laboral: valoración de daños y secuelas psíquicas a accidentes o
situaciones de trabajo, etc.
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