miércoles, 30 de marzo de 2016

ESTRÉS PSICOLÓGICO - EMOCIONAL

El estrés psicológico-emocional se reconoce fácilmente, pues sus síntomas son más perceptibles: sudor de manos, molestias en el estómago, taquicardia, manos frías, insomnio, angustia, etc.
Cada persona puede tener diferentes síntomas.

Es normal estresarnos en algunas ocasiones.
Pero si sus síntomas son frecuentes o te duran mucho tiempo, es necesario que actúes para disminuir o eliminar el estrés.
Es importante analizar dichos síntomas, para determinar cuáles están siendo provocados por el estrés y cuáles son causados por enfermedades o medicamentos.
El estrés psicológico-emocional es nuestra forma de reaccionar, física, emocional y psicológicamente, cuando: 





  • Debemos adaptarnos a ciertos cambios importantes o situaciones nuevas.
  • Estamos presionados. Sentimos que alguien exige mucho de nosotros.
  • Tenemos un problema que no podemos resolver.
  • Algo o alguien amenaza nuestro bienestar físico o emocional.
  • Tenemos pensamientos negativos, recuerdos dolorosos, preocupaciones, culpa, coraje, etc.

Nuestra reacción ante cualquiera de estas situaciones, es automática, instantánea y con frecuencia ni siquiera notamos cómo o cuándo se inicia.
Se llama respuesta de "ataque o huida" y es innata, pues forma parte de nuestro instinto de supervivencia.


Es la activación de nuestro organismo, para luchar contra cualquier amenaza.
La misma que se disparaba cuando los primeros seres humanos se enfrentaban a los animales, para cazarlos o para huir y salvar su vida.


El estrés resulta de un desequilibrio entre las demandas que enfrentamos y nuestra capacidad para solucionarlas.
Mientras más demandas tengamos y menos recursos para resolverlas, mayor será el estrés.
Por lo tanto, es necesario analizar dichas demandas y conocer nuestras habilidades, aptitudes y cualidades.
La personas tiene la capacidad de seguir adelante y de cambiar su manea de pensar.
Por: Paul Coello
Psicólogo Clínico 

lunes, 7 de marzo de 2016

TERAPIA RACIONAL EMOTIVA CONDUCTUAL



Hay que destacar  que Albert Ellis considera que el núcleo de su teoría está representada por una frase atribuida al filósofo estoico griego Epícteto: "Las personas no se alteran por los hechos, sino por lo que piensan acerca de los hechos". La estrategia fundamental es enfrentar lógicamente al sujeto con las creencias que le originan un estado emocional inadecuado que crean comportamientos desadaptados. La Terapia Racional Emotiva Conductual se desarrolla en el modelo A B C D E, que se explica de la siguiente forma:
A: Representa cierta situación/estímulo real a la que el sujeto se enfrenta.
B: Indica la manera cognoscitiva como el sujeto responde. Las creencias racionales o irracionales.
C: Simboliza las consecuencias emocionales o las reacciones como resultado de B.
D: Implica la confrontación terapéutica, el debate de los pensamientos irracionales.
E: Representa los cambios emocionales y conductuales o la nueva forma de pensar y comportarse ante la adquisición de nuevas creencias.
En el mismo orden de ideas, la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC) está basada en el supuesto de que el ser humano nace con un potencial racional (saludable, lógico y constructivo), así como irracional (dañino, absolutista y destructivo) en el pensamiento, las conductas y los sentimientos. A su vez, las personas tienen una predisposición a la autopreservación, a la felicidad, al amor, a comunicarse con otros y crecer, pero también a la autodestrucción, a cometer errores y a la intolerancia. Por lo tanto, la TREC intenta ayudar a los individuos a aceptarse como seres humanos que seguirán cometiendo errores y a la misma vez, que puedan vivir en paz con ellos mismos.
Según Ellis (1978):
La TREC puede ser utilizada para ayudar a que los pacientes superen sus sentimientos y conductas inapropiadas en un tiempo razonablemente breve, porque constituye un enfoque que, por una parte, es amplio y múltiple: es decir, emplea varios métodos cognoscitivos, emotivos y conductuales en forma integrante, y por otra, una terapia filosófica y teórica, que pone de manifiesto las ideas esenciales creadoras de trastornos, que parecen ser la base de sus actos contraproducentes, y esto muestra claramente a esas personas cómo fijar la atención en sus filosofías negativas y cómo proceder a desarraigarlas. Es una terapia realista, que a nada compromete, así como directiva- activa. (s/p).
En otras palabras, el orientado en primer lugar debe aceptar el estado en el que se encuentra para de allí partir y generar cambios, no de manera superficial, sino transformaciones filosóficas profundas que se evidencian en todos los aspectos de la vida, logrando al mismo tiempo propósitos que creían imposibles de alcanzar, aprendiendo técnicas cognitivas, emotivas y conductuales que puedan manejar en su experiencia diaria de vida.
Seguidamente, según Kazdin (1998):
La Terapia Racional Emotiva se apoya en lo que los individuos se dicen a si mismos, ya que la estructura y contenido de estas afirmaciones pueden examinarse y desafiarse en el contexto de las sesiones de tratamiento, sin embargo, puede llevarse a cabo en la vida diaria. (p. 306).
Aquí se desean minimizar los disturbios emocionales y la conducta autoderrotista del orientado, adquiriendo una visión de vida más realista, así como reducir la tendencia de culparse a si mismo y a otros por lo que no sale como se espera y aprenda métodos para manejar las dificultades futuras. La Terapia Racional Emotiva es efectiva en casos de ansiedad, fobias, ataques de pánico, agorafobia, claustrofobia, depresión, ataques de ira, vergüenza al hablar en público, dificultad para relacionarse, descontrol emocional y en trastornos de la personalidad. Por lo tanto, el rol del orientador consiste en educar al consultante con las destrezas e identificar y disputar efectivamente las creencias irracionales, para enseñarle a cambiarlas por otras más funcionales.
En consonancia con lo expresado, La Terapia Racional Emotiva Conductual es un proceso activo, en el cual se presentan Técnicas Cognitivas como la Disputa Lógica, que ayuda a debilitar las creencias irracionales; la Disputa Empírica que provee evidencia al orientado sobre su pensamiento incongruente; la Disputa Funcional que lleva a la persona a reconocer que no es operativo su pensamiento; la Disputa Racional que intenta reestructurar o modificar las opiniones maladaptativas para reemplazarlas por otras más lógicas; y la Precisión Semántica, eliminando el uso de frases como "no puedo, no tengo, no debo". Del mismo modo, está la Técnica de Imaginación Racional Emotiva, que estimula al orientado a practicar pensamientos y actuar de la forma que le gustaría comportarse en la vida real.
Con respecto a las Distorsiones Cognitivas, se definen como formas identificadas de errores en el procesamiento de información y que desempeñan un papel predominante en la psicopatología al producir la perturbación emocional. Estas percepciones empobrecedoras que realiza el paciente acerca de si mismo, del mundo y del futuro, lo llevan a desarrollar fobias, depresión, problemas de autoestimaobesidad, entre otras. También, las Distorsiones Cognitivas comúnmente causan las emociones o conductas disfuncionales caracterizadas por causar sufrimiento innecesario o desproporcionado con respecto a la situación, implicar comportamientos auto-saboteadores (contrarios a los propios intereses u objetivos), dificultar o impedir la realización de las conductas necesarias para lograr las metas y la asociación a demandas absolutistas.
Varios autores como Beck, Navas y Ruiz han enumerado diferentes tipos de distorsiones cognitivas, tales como:
  • Pensamiento Todo o Nada: Interpreta los eventos y personas en términos absolutos, evidenciando el uso de palabras como "siempre", "nunca", "todos", cuando su empleo no está justificado por los acontecimientos propiamente. Ejemplo: "¡Soy un fracaso total y completamente indeseable!".
  • Sobregeneralización: Son juicios abarcadores, extremistas o predicciones basadas en un solo incidente. Ejemplo: "¡Me va mal con las mujeres!".
  • Filtro Mental o Abstracción Selectiva: Consiste en focalizar un detalle del contexto (por lo general un aspecto negativo y se exagera), excluyendo la situación total. Conocida también como Descalificación de lo Positivo. Ejemplo: "¡Fallé hoy y ahora no podré realizarlo nunca!".
  • Saltar a conclusiones: Asumir algo negativo cuando no hay apoyo empírico para ello, como suponer las intenciones de otros o predecir el resultado de eventos antes de que sucedan. Ejemplo: "Desde el momento en que los demás me han visto, como no debí hacerlo, ya me ven como un estúpido incompetente".
  • Magnificación y Minimización: Subestimar y sobreestimar la manera de ser de eventos o personas. Se minimizan los aciertos y se maximizan los errores. Ejemplo: "Mis aciertos son pura casualidad y no son importantes". "Mis errores son un total desastre".
  • Razonamiento Emocional: Consiste en asumir que nuestras emociones, sobre todo las negativas, reflejan la forma en que somos realmente. Tomamos los sentimientos como hechos o verdad. Ejemplo: "¡Me siento un total incompetente y mi sentimiento prueba lo que soy!".
  • Los Deberías: Concentrarse en lo que uno piensa que debería ser en lugar de ver las cosas como son, y tener reglas rígidas que se piensa que deberían aplicarse sin importar el contexto situacional. Ejemplo: "¡No debo ser tan agradable a los demás, debo demostrar distancia!".
  • Etiquetado: Consiste en definir de modo simplista y rígido a los demás o a si mismo, a partir de un detalle aislado o por un aspecto parcial de su comportamiento. Ejemplo: "Soy un tonto".
  • Personalización: Conocida como falsa atribución, consiste en asumir que uno mismo u otros han causado cosas directamente, cuando muy posiblemente no haya sido el caso en realidad. Cuando se aplica a si mismo puede producir ansiedad y culpa, y aplicado a otros produce enojo exacerbado y ansiedad de persecución. Ejemplo: "Se que se están riendo de mi".
  • Culpabilidad: Es la actitud de empeñarse en buscar culpables cuando las cosas no van como estaba previsto. Ejemplo: "¡Si no lo hubiese conocido, no me estaría ocurriendo esto!".
La idea principal de las Distorsiones Cognitivas son los "debos", "tengo que", "no debo", entre otros, semejando obligaciones absolutas que dan lugar a los "tremendismos" (algo más peor que malo), los "no puedo soportar" (algo insufrible) y la "condena" (hacia si mismo o los demás por el comportamiento), que ocasionan sentimientos extremos de ansiedad, ira, depresión o culpa. Naturalmente, todos estos ejemplos no se pueden extrapolar al juicio sobre el pensamiento de un individuo sin conocer su situación real y su personalidad.
En consecuencia, la labor del orientador es demostrar al consultante que su percepción del mundo en un determinado momento, es sólo una de las posibles formas de percibir la situación y ciertamente, no la más enriquecedora. Luego, se ayudará al orientado a desarrollar pensamientos alternativos y formas de plantearse frente al hecho que le resulta problemático o frustrante en su vida. Igualmente, se enseñará al paciente a cuestionar estos modelos de mundo para que así descubra soluciones acertadas, percatándose de que no es que no existan opciones adecuadas, sino que él no las había visto.
Para finalizar, es fundamental resaltar el papel que juega el Área de Conducta I en la formación de los orientadores, puesto que estudia técnicas idóneas para el diagnóstico y tratamiento de determinadas problemáticas que presenten los individuos que requieren de ayuda. De allí, el desarrollo del Modelo Cognitivo Conductual que propone la modificación de lasestructuras de pensamiento de las personas, para así cambiar sus respuestas ante diversas situaciones. Del mismo modo, se presenta la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC) como base de las operaciones del diagnóstico conductual, empleando métodos cognoscitivos, emotivos y conductuales para superar sentimientos y conductas inapropiadas, reflejadas en Distorsiones Cognitivas del ser humano, que son errores en el procesamiento de información y se trabaja en base a ellas para desadaptarlas de la visión del mundo de las personas. En síntesis, estas técnicas forman parte de otras más, dentro de las cuales el terapeuta, orientador o educador, moldeará la que sea pertinente al caso presentado, par lograr así soluciones que conlleven a un manejo adecuado de las emociones, sentimientos y conductas y por lo tanto, de la vida de los individuos.


PSICOLOGÍA FORENSE


Etimológicamente el término “forense” deriva del latín “forensis”, referido al forum de
las ciudades romanas; la plaza donde se trataban los negocios públicos y donde el pretor
celebraba los juicios. Por tanto, la palabra esta referida al “foro” o lugar donde se
administra justicia. “Sitio en que los tribunales oyen y determinan las causas”
(Diccionario de la Real Academia Española)
En general, el termino Psicología forense engloba todas aquellas actividades que el
psicólogo puede realizar en el “foro”, en intervenciones específicamente solicitadas. En
palabras de J. Urra (1993) es “la ciencia que enseña la aplicación de todas las ramas y
saberes de la Psicología ante las preguntas de la Justicia, y coopera en todo momento
con la Administración de Justicia, actuando en el foro (tribunal), mejorando el
ejercicio del Derecho".
Siguiendo a Garzon (1989), y la diferenciación que ésta establece entre psicología
jurídica y psicología forense, observamos que no solo supondrían dos enfoques
diferentes en su relación con el Derecho (filosófica vs aplicada), sino también dos
concepciones distintas de la psicología (colectiva vs individual).
En definitiva, podemos concluir que la psicología forense es la denominación que ha
recibido la vertiente aplicada de la psicología jurídica, entendiéndose que su función
principal es la de ofrecer funciones de soporte a las administraciones de justicia.
El principal requerimiento que se realiza al psicólogo forense es la elaboración de
peritajes psicológicos, función que, como ya señaló Muñoz Sabaté (1980), abarca una
gran cantidad de ámbitos específicos en el marco jurídico porque “el derecho es algo
multidimensional y omnipresente. El caso más insospechado puede presentar algún
problema de prueba susceptible de ser tratado con métodos psicológicos.”
La necesidad de la intervención de los psicólogos como peritos en los diferentes
procedimientos judiciales no es nueva, se viene planteando desde principios del siglo
XX (Ibáñez y Avila, 1990), citándose como primeros antecedentes el testimonio de
Albert von Schrenck-Notzing en un juicio celebrado en Munich en 1896, que informó
sobre la influencia de la sugestión en numerosos testigos a causa de los efectos de lo
publicado en la prensa sobre el caso de asesinato que se juzgaba; así como la
publicación de la obra “On the Witness Stand” de Hugo Münstrberg en 1908 en la que
defendía que con los conocimientos sobre percepción y memoria los psicólogos podían
comprender mejor que los juristas la mente de los testigos. Münstrberg, propuso la
utilización de un Test de Asociación de Palabras que ayudara a establecer la
culpabilidad o no de los acusados, lo que le valió durísimos ataques de los juristas.
Ejemplo de las intervenciones más frecuentes en los diferentes ámbitos:
- Derecho Penal: se valoran cuestiones como la responsabilidad criminal en casos de
trastorno mental de un acusado (evaluación de la imputabilidad del procesado), la
competencia de un individuo para ser juzgado o para prestar testimonio, las secuelas
de las víctimas, etc.
- Derecho civil: principalmente procesos de tutela e incapacitación de adultos,
internamientos psiquiátricos involuntarios, protección de menores, valoración de
daño y secuelas psicológicas, etc.
- Derecho de familia: temas de adopción y privación de derechos parentales de los
progenitores (patria potestad), en la atribución de la custodia de los hijos en caso de
divorcio, nulidad y separación, recomendaciones sobre planes de comunicación y
contacto, adopciones, filiación, etc
- Derecho laboral: valoración de daños y secuelas psíquicas a accidentes o
situaciones de trabajo, etc.

RESILIENCIA


Desde hace mucho tiempo, la humanidad ha observado que algunos seres humanos
logran superar condiciones severamente adversas y que, inclusive, logran transformarlas
en una ventaja o un estímulo para su desarrollo bio-psico-social.
Durante mucho tiempo, en las distintas esferas de las ciencias humanas, la tendencia fue
de dar el mayor énfasis a los estados patológicos. Por ese motivo, las investigaciones se
centraron en la descripción exhaustiva de las enfermedades y en el intento de descubrir
causas o factores que pudiesen explicar resultados negativos, o no deseados, tanto en lo
biológico como en lo mental.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados con ese método, muchas interrogantes
quedaron sin respuesta. A menudo, las predicciones de resultados negativos hechas en
función de factores de riesgo que indicaban una alta probabilidad de daño, no se cumplían.
Es decir, la gran mayoría de los modelos teóricos resultaron insuficientes para explicar
los fenómenos de la supervivencia humana y del desarrollo psico-social.
La aplicación del enfoque de riesgo, ampliamente difundido en los programas de salud y
en diversas investigaciones basadas en ese modelo, mostró la existencia de numerosos
casos que se desarrollaban en forma normal a pesar de constelaciones de factores que, en
otros individuos, determinaban patologías severas.
Un hito lo marcó Werner (1992), quien estudió a un grupo de personas desde el nacimiento
hasta los 40 años. La investigadora notó que algunos niños que estaban aparentemente
condenados a presentar problemas en el futuro— de considerarse todos los factores
de riesgo que presentaban— llegaron a ser exitosos en la vida, a constituir familias
estables y a contribuir positivamente con la sociedad. Algunos de ellos procedían de los
estratos más pobres, de madres solteras adolescentes y de grupos étnicos postergados,
además de tener el antecedente de haber sido de bajo peso al nacer. La observación de
estos casos condujo a la autora, en una primera etapa, al concepto de "niños invulnerables"
( We r n e r, 1992). Se entendió el término “invulnerabilidad” como el desarrollo de personas
sanas en circunstancias ambientales insanas. Posteriormente se vio que el concepto de
invulnerabilidad era un tanto extremo y que podía cargarse de connotaciones biologicistas,
con énfasis en lo genético. Se buscó, entonces, un concepto menos rígido y más global
que reflejase la posibilidad de enfrentar efectivamente eventos estresantes, severos y
acumulativos; se encontró el de “capacidad de afrontar”.
Desde el decenio de los años ochenta ha existido un interés creciente por tener información
acerca de aquellas personas que desarrollan competencias a pesar de haber sido criados
en condiciones adversas, o en circunstancias que aumentan las posibilidades de presentar
patologías mentales o sociales. Se concluyó que el adjetivo resiliente, tomado del
inglés resilient, expresaba las características mencionadas anteriormente y que el sustantivo
"resiliencia" expresaba esa condición. En español y en francés (résilience) se emplea
en metalurgia e ingeniería civil para describir la capacidad de algunos materiales de recobrar
su forma original después de ser sometidos a una presión deformadora.
Así, el término fue adoptado por las ciencias sociales para caracterizar a aquellos sujetos
que, a pesar de nacer y vivir en condiciones de alto riesgo, se desarrollan psicológicamente
sanos y socialmente exitosos.
A lo largo de la historia aparecen ejemplos de individuos destacados que hicieron aportaciones
significativas para la humanidad, quienes debieron enfrentar severas circunstancias
adversas (desde Demóstenes hasta Rigoberta Menchú, pasando por Piaget). Asimismo,
pueblos enteros y grupos étnicos han demostrado capacidades sorprendentes para sobreponerse
a la persecución, a la pobreza y al aislamiento, así como a las catástrofes naturales
o a las generadas por el hombre (judíos, indígenas latinoamericanos, etc.).
Rigoberta Menchœ
Poetisa quiché de Guatemala, Premio Nobel de la Paz. Durante la guerra civil que
asoló a su país, vio morir a su padre, a su madre y a sus hermanos, asesinados por
las fuerzas de represión. Debió huir a México para salvar la vida; así se transformó
en una dirigente de los movimientos por los derechos humanos, reconocida a nivel
mundial.
Los poemas escritos en quiché, su lengua materna, han sido traducidos a varios idiomas.
Pese a los factores de riesgo y adversidades que marcaron su infancia y su adolescencia,
Rigoberta logró superar dicha situación y aprovecharla para transformarse
en una líder de talla internacional como defensora de los derechos humanos.
Ana Frank
Niña judía de doce años de edad, condenada a vivir oculta con su familia
durante más de dos años en Amsterdam, Países Bajos, para escapar de los
nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Escribió un diario en forma de
cartas dirigidas a una amiga imaginaria, con lo que encontró esa “aceptación
incondicional” que se ha señalado como elemento fundamental de
la resiliencia. También, en su diario, aparecen con claridad las expresiones
del “yo puedo”, “yo tengo”, “yo soy” . Por ejemplo, “yo voy a poder”,
“yo espero”, “te confío toda especie de cosas, como jamás he podido
hacerlo con nadie”, y “espero que tú seas un gran apoyo” (12 de junio de
1942).
A temprana edad, en medio de circunstancias tan adversas, Ana Frank fue
capaz de mantener su optimismo y su confianza. Su diario puede ayudar
mucho a los seres humanos que, tal vez, sin padecer tamañas adversidades,
flaquean frente a las contingencias de la vida. “Quien tiene coraje y
confianza no zozobrará jamás en la angustia” (7 de marzo de 1944).

Dos enfoques complementarios
Es conveniente diferenciar entre el enfoque de resiliencia y el enfoque de riesgo. Ambos
son consecuencias de la aplicación del método epidemiológico a los fenómenos sociales.
Sin embargo, se refieren a aspectos diferentes pero complementarios. Considerarlos en
forma conjunta proporciona una máxima flexibilidad, genera un enfoque global y fortalece
su aplicación en la promoción de un desarrollo sano.
El enfoque de riesgo se centra en la enfermedad, en el síntoma y en aquellas características
que se asocian con una elevada probabilidad de daño biológico o social. Ha sido
ampliamente utilizado en programas de atención primaria, y el personal de los mismos
está familiarizado con sus conceptos y aplicaciones.
El enfoque de resiliencia se explica a través de lo que se ha llamado el modelo “del
desafío o “de la resiliencia. Ese modelo muestra que las fuerzas negativas, expresadas en
términos de daños o riesgos, no encuentran a un niño inerme en el cual se determinarán,
inevitablemente, daños permanentes. Describe la existencia de verdaderos escudos protectores
que harán que dichas fuerzas no actúen linealmente, atenuando así sus efectos
negativos y, a veces, transformándolas en factor de superación de la situación difícil. Por
lo tanto, no debe interpretarse que este enfoque está en oposición del modelo de riesgo,
sino que lo complementa y lo enriquece, acrecentando así su aptitud para analizar la realidad
y diseñar intervenciones eficaces.
La resiliencia es un instrumento clínico que exige un cuadro de referencia moral. Esto
implica que un individuo debe superar la situación de adversidad dentro de las normas
culturales en las que él se desenvuelve. No cabe duda de que, como agentes de salud y/o
educadores, debemos discutir sobre lo socialmente aceptable y ser claros acerca de quiénes
son aquellos que definen las normas.

LA TERAPIA FAMILIAR BREVE CENTRADA EN SOLUCIONES


1. ORÍGENES DEL MODELO
La Terapia Breve Centrada en las Soluciones (TBCS) nació a comienzos de los años setenta en la ciudad norteamericana de Milwaukee, cuando un grupo de trabajadores sociales instaló un espejo unidireccional y empezó a experimentar con las ideas del M.R.I. de Palo Alto. A este equipo inicial, que incluía a Insoo Kim Berg, Jim Derks, Elam Nunnally, Marilyn LaCourt y Eve Lipchik, se unió Steve de Shazer, que durante un tiempo había formado parte del equipo del MRI y volvió a Milwaukee para casarse con Insoo Kim Berg. El grupo empezó a reunirse en la casa de ambos, haciendo terapia gratuitamente para experimentar con nuevas ideas, siempre con el afán de contestar a la pregunta “¿Qué es lo que funciona en la terapia breve?” (Lipchik, Derks, Lacourt & Nunnally, 2012). En 1978, este equipo creó el Brief Family Therapy Center, un centro clínico que desde el principio funcionó como un “think-tank” en el que los terapeutas pasaban cientos de horas observando sesiones de terapia, tratando de identificar lo que mejor funcionaba y sometiendo a prueba en sesión los nuevos descubrimientos. En este sentido, se puede afirmar que desde sus inicios la TBCS surgió como una práctica basada en la evidencia (Lipchik, Derks, Lacourt & Nunnally, 2012), mediante un proceso recursivo y dinámico de intervención, observación y teorización. A largo de los años se fueron sumando a este esfuerzo nuevos terapeutas (Scott Miller, Wally Gingerich, Gale Miller, Michele Weiner-Davis) e invitados de todo el mundo (Bill O´Hanlon, Yvonne Dolan, Karl Tomm, Michael Durrant y Brian Cade).

2. CONCEPTOS BÁSICOS EN TBCS
En el nivel de mayor abstracción, podemos describir la TBCS como un enfoque constructivista y construccionista, en el que se entiende que la realidad social se configura desde los condicionantes biológicos, históricos y culturales de los individuos, y a su vez se negocia y re-negocia constantemente en la interacción humana. Al igual que hacen los autores del MRI de Palo Alto, este planteamiento lleva a una posición no-normativa, en la que se acepta que hay muchas formas, válidas todas ellas, de ser y estar como persona, de interactuar como pareja y de organizarse como familia. No hay por tanto una preconcepción normativa acerca de cómo deben o no funcionar las familias, sino más bien una postura de respeto por la diversidad de formas en que se puede organizar la interacción humana y por los diferentes valores que pueden sustentar los consultantes2. Por tanto, en TBCS no hay ningún interés en crear tipologías de familias o parejas, y se produce una renuncia expresa a cualquier tipo de diagnóstico tradicional.
La concepción centrada en soluciones acerca de cómo se forman y mantienen los problemas humanos es prácticamente idéntica a la visión que sobre esta cuestión defienden los autores del MRI de Palo Alto. En cambio, la forma de entender el cambio es diferente en los dos enfoques, aunque absolutamente complementaria. Analizaremos por separado ambos conjuntos de conceptos.
Tanto para los autores del Centro de Terapia Breve del MRI como para los teóricos de la TBCS, “un problema es un problema” y no el síntoma de una disfunción o de un conflicto familiar más profundos. De hecho, Steve de Shazer sigue a Wittgenstein cuando rechaza hacer interpretaciones esencialistas y aboga por renunciar a “leer entre líneas”, para limitarse a “leer las líneas”, es decir, describir las interacciones humanas en vez de pretender interpretarlas (De Shazer, 1994).
Pongamos un ejemplo. Supongamos que una familia compuesta por los padres, un hijo de 9 años y unas hija de 5 pide ayuda por los graves problemas de conducta que plantea el hijo mayor, que tiene rabietas incontrolables en las que rompe todo tipo de objetos, agrede a su hermana e incluso a sus padres y ha llegado varias veces a amenazar con suicidarse. La madre, que renunció a su carrera profesional cuando nació la hija, es quien pasa más tiempo en casa, y se presenta angustiada y derrotada por la situación; el padre, pequeño empresario agobiado por las deudas, pasa muchas más horas en el trabajo que en su hogar. El la acusa a ella de ser poco firme con el hijo; ella le recrimina a él que “huya” de casa. Desde una perspectiva sistémica clásica, se hipotetizaría que la conducta del hijo cumplen una función para la familia, por ejemplo enmascarar el conflicto entre los padres, lo cual llevaría a intentar “resignificar” el comportamiento del hijo y a dar prioridad en la terapia a resolver el presunto conflicto de pareja. Un terapeuta sistémico breve no asumiría esta hipótesis y en todo caso entendería que las diferencias entre los padres respecto a la educación del hijo son una consecuencia de los desafíos que plantea éste. Un terapeuta MRI trataría de entender cuál es el intento ineficaz de solución de los padres, para bloquearlo y modificarlo; un terapeuta TBCS trataría de encontrar aquellas ocasiones en que los padres sí son eficaces y las cosas con el hijo son de otra manera. En ambos casos, el énfasis estaría ante todo sobre cómo los padres manejan las conductas del hijo, más que en su interacción como pareja.Ahora bien, si los problemas humanos no surgen como síntoma de alguna disfunción familiar o de un conflicto interpersonal más profundo, ¿cómo se explican su aparición y su mantenimiento? Aunque Steve de Shazer no se interesó apenas por esta cuestión, su posición básica es la que había aprendido en el MRI: los problemas se originan porque en algún momento alguien empieza a considerar como problemática cierta dificultad y trata de resolverla. Habitualmente esta dificultad inicial es el resultado de algún cambio vital o simplemente el resultado del azar o de un suceso inesperado. En cualquier caso, si el intento de solución que se le aplica tiene éxito, no llega a haber un problema; si no lo tiene, se abren dos posibilidades diferentes. Por un lado, es
posible que la persona o personas implicadas se den cuenta de que su intento es ineficaz y cambien de estrategia. Sin embargo, también cabe la posibilidad de que ante la falta de resultados entiendan que no han aplicado una dosis suficiente de la solución intentada y redoblen sus esfuerzos. En este caso se puede pasar a una situación de “más de lo mismo”, a un círculo vicioso en el que, cuanto más se empeñan los implicados en resolver la dificultad inicial, más se enquista ésta, de modo que la solución pasa a ser el problema. El aspecto que subraya Steve de Shazer es que, a lo largo de este proceso, la persona percibe cada vez más su problema y su incapacidad de resolverlo, pasando por alto aquellas ocasiones en las que el problema no se da, o se da con menor intensidad o duración. En otras palabras, el encuadre “tengo un problema” impide detectar posibles variaciones y excepciones.

miércoles, 2 de marzo de 2016

¿CÓMO NOS IDENTIFICAMOS?

MISIÓN

CAPCO, es un centro de atención psicológica para la comunidad, creado para brindar servicios y ayuda a todo tipo de personas, sean estos niños o adultos en diferentes ámbitos psicológicos, como trastornos provocados por la sociedad del medio en que viven, además aportar con una psicoeducación para facilitar y hacer más gratificante su estilo y calidad de vida. 

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PSICOPATOLOGÍA DE LA MEMORIA Y DEL SUEÑO


1. Definición
Función de recordar o revivir una experiencia pasada con conciencia más o menos definida de que esa experiencia, denominada recuerdo, es reproducida. De otro lado, la memoria comprende por lo menos cuatro procesos diferentes:
1.1 Memorización y fijación (memoria anterógrada).
1.2 Conservación de la información.
1.3 Recuerdo o evocación (memoria retrógrada).
1.4 Reconocimiento.
2. Alteraciones
2.1 Cuantitativas. Las hipermnesias consisten en un aumento extraordinario de la capacidad recordatoria muchas veces cuajado de hechos triviales. Se presentan en las psicosis agudas, en los estados excitatorios y febriles, en los estados crepusculares de origen epiléptico o histérico (disociativo) y en los trances de muerte inminente. Las amnesias se definen de manera general como la pérdida de la función memorística; éstas pueden referirse a la evocación y estar en relación a la extensión y al contenido. Así, habrá una amnesia masiva cuando compromete grandes porciones del pasado o de todo él; otra, que sólo compromete grandes porciones limitadas y corresponden a la amnesia lacunar; o selectiva, cuando el olvido se refiere a determinadas informaciones relacionadas entre sí, aunque pertenezcan a diferentes épocas de la vida del sujeto. Si se tiene en cuenta la evolución, la amnesia puede ser reversible, progresiva o irreversible. La causa de la amnesia puede ser orgánica como sucede en los traumatismos encefalocraneanos, las enfermedades infecciosas, vasculares, tumorales, tóxicas o degenerativas cerebrales y que pueden tomar cualesquiera de los tipos descritos. Como dismnesias, se conocen las hipomnesias que pueden estar en relación a la dificultad de mantener nuevas informaciones: dismnesia de fijación o dificultad para evocar de nuevo los hechos u objetos que antes se recordaban con facilidad. La de fijación se comprueba en el paciente que no puede mantener en la memoria datos sencillos como nombres, cifras, pequeños sucesos, inclusive a los pocos minutos de haber recibido la información, pero los puede recordar pasadas unas horas o días. Se presenta en los estados depresivos, en los síndromes ansiosos, en las demencias incipientes, cuando hay disminución del nivel de vigilancia o de la atención y en los síndromes donde predomina la apatía; la dismnesia de evocación es la dificultad para recordar en el momento oportuno datos que antes se evocaban adecuadamente, pero estos recuerdos pueden aparecer en otras circunstancias sin esfuerzo alguno. Se presenta en similares situaciones que la anterior.
2.2 Cualitativas. Las paramnesias son fallas en el proceso de reconocimiento, localización y evocación, pero desde el punto de vista de la calidad. Así, en cuanto al reconocimiento están los fenómenos del déjà vu y déjà vécu que se caracterizan porque el sujeto tiene la sensación de haber visto o haber experimentado respectivamente con anterioridad el lugar o la situación en que se encuentra en ese momento, aunque no categóricamente; la variante jamais vu, impresión de no haber visto o estado anteriormente en el lugar, en que se encuentra y que de hecho le es harto conocido, se comprueba como los anteriores en pacientes histéricos y en los momentos previos a la crisis temporales. El falso reconocimiento es la atribución de la calidad de conocido con certidumbre a un objeto o situación percibido o no por primera vez. En algunos pacientes esquizofrénicos es posible comprobar que consideren a extraños como amigos o parientes y negar firmemente que sus amigos o parientes sean tales y sí, más bien, impostores o dobles. Este último síntoma corresponde al síndrome de Sosias o de Capgras. Las confabulaciones son falsos recuerdos de sucesos verosímiles que el sujeto considera que realizó o presenció, muchas veces a partir de la insinuación premeditada del examinador, como sucede en los pacientes con trastornos globales de la memoria evocativa o cuando predomina la alteración de la fijación en la presbiofrenia o el síndrome de Korsakov, en el que las fantasías suplen los recuerdos.
3. Formas de exploración

Esta puede comenzarse preguntando directamente si se ha vuelto olvidadizo; de contestar afirmativamente se confrontará luego con los resultados de los exámenes. Si está presente un defecto de memoria se debe precisar si es difuso, circunscrito, constante o variable. Si el compromiso es para la memoria reciente o remota y si se acompaña de otros disturbios del funcionamiento intelectual. Si el defecto de memoria es circunscrito, debe aclararse si está en relación a situaciones específicas personales como el matrimonio o la identidad personal. Tener en cuenta que el paciente tiende a soslayar el déficit recurriendo a la evasión, a generalizaciones o llenando los vacíos con material fabricado como sucede en las confabulaciones. Buenos datos de memoria retrógrada se obtienen en la revisión de los hechos cronológicos de la historia personal como los aniversarios, comienzo y fin de los estudios y de los trabajos, lugares de residencia y edades de los hijos, por ejemplo. Pruebas simples como la retención de un nombre, un color y una dirección, inmediatamente y después de 5 a 10 minutos, permiten explorar la memoria de fijación, retención o memorización. Para la memoria inmediata se puede utilizar la repetición de series numéricas (series de dos a ocho dígitos a la velocidad de uno por segundo) que deben ser repetidos por el sujeto en cuanto finaliza su enunciado; los números escogidos no deben estar en su orden natural ni sugerir fechas históricas conocidas.

PSICOPATOLOGÍA DEL SUEÑO


1. Definición
Es una función fisiológica cuya función y mecanismo aún no están bien precisados; sin embargo, la distinción entre sueño normal o de onda larga, y sueño paradójico o sueño MOR, derivada del estudio electroencefalográfico, electromiográfico y de los movimientos oculares, es un buen aporte a la clínica.
2. Alteraciones
Las alteraciones del sueño comprenden:
2.1 Entre las hiposomnias está el insomnio, que no es solamente la agripnia (falta total del sueño) sino que también se considera entre ellas la mengua de la duración, la dificultad para conciliarlo, el sueño entrecortado o el despertar temprano. Debe distinguírselo del pseudoinsomnio que consiste en la enorme diferencia de la queja comunicada y la comprobada por la observación de los demás o por los hallazgos del registro electroencefalográfico tomado mientras el paciente duerme. Ello ocurre en los sujetos fatigados o con reposo incompleto, en el sueño superficial y cargado de ensueños o como queja hipocondriaca (idea sobrevalorada). El insomnio puede ser ocasional cuando se produce por emociones intensas, fatiga o ambiente no familiar, o causado por enfermedades somáticas, especialmente por aquellas que cursan con fiebre, dolores o contracturas (estimulación interoceptiva visceral que produce impulsos aferentes nociceptivos). También por condiciones psicopatológicas como la angustia que demora la aparición del sueño, tornándolo entrecortado y con presencia de pesadillas. En otras oportunidades se instalará el temor a no poder conciliar el sueño, como un mecanismo de retroalimentación; el no dormir acrecienta la angustia y la angustia impide dormir. La depresión, especialmente la del trastorno depresivo mayor, se acompaña de despertar precoz y tanto más temprano cuanto más intenso es el cuadro de fondo. En el estudio EEG en estos casos se comprueba que el sueño de onda larga es el disminuido. En general, el deprimido duerme menos horas totales que un sujeto sano. En la manía, el insomnio es casi completo, y en la hipomanía la disminución de las horas de sueño tiene las características de los depresivos. En los cuadros orgánico cerebrales crónicos es asimismo frecuente el insomnio como ocurre en las demencias tipo Alzheimer, inclusive con inversión del ciclo sueño/vigilia.
2.2 Hipersomnias. Es el aumento del tiempo diario de sueño que puede presentarse de modo continuo o en forma de crisis. Así, laletargia o hipersomnia propiamente dicha, es un trastorno cuantitativo opuesto al grupo anterior, de mucha menor frecuencia. Se presenta en la enfermedad del sueño y en otras encefalitis de variada etiología; también en aquellas condiciones que comprometen la región mesoencefálica, en la hemorragia cerebral, en las intoxicaciones con narcóticos o alcohol, en determinadas infecciones y en algunas afecciones endocrinas; sin causa orgánica demostrable en la letargia nerviosa, como sucede en la histeria. En la narcolepsia o síndrome de Gelineau que se caracteriza por accesos de sueño fulminante acompañados o no de cataplexia, que comienzan y terminan en forma brusca, el EEG comprueba que el tipo de sueño es el MOR. En el síndrome de Klein-Levin la crisis de sueño se asocia a bulimia y se presenta en forma periódica. En el síndrome de Pickwick el acceso de sueño se acompaña de obesidad y trastornos respiratorios.
2.3 Parasomnias. Son trastornos cualitativos del sueño, muchos de ellos sin mayor significación clínica, como el somniloquio o hablar dormido que se presenta en la etapa del sueño ligero, con mayor frecuencia. El sonambulismo, es decir, la presencia de una actividad bien coordinada y compleja, pero no extraordinaria, que ejecuta el sujeto sin despertar. El substrato neurofisiológico es similar al de la hipnosis. Electroencefalográficamente se comprueba ondas largas del sueño que son sustituidas por una norma similar a la encontrada en la vigilia relajada. La enuresis, en niños y adolescentes, ocurre en un momento que se puede reconocer al despertar espontáneamente del sueño de la etapa cuatro; y en los adultos ocurre electroencefalográficamente durante una norma similar al sonambulismo. El pavor nocturno es un episodio en el cual el sujeto despierta aterrorizado y confuso, pero amnéstico en cuanto a la causa de la ansiedad; correspondería a la actividad paroxística en estructuras límbicas del lóbulo temporal y es más frecuente en niños. Las pesadillas, no como un mal sueño sino como sensación confusa y terrorífica de aprensión, parálisis y ansiedad que es recordada al despertar. La jacatio capitis, como movimientos pendulares de la cabeza, que algunos autores los extienden a todo el cuerpo y se presentan al momento de conciliar el sueño; frecuente en niños. La cataplexia del despertar, como falta de movilidad voluntaria en plena vigilia, se presenta al final del sueño; electroencefalográficamente corresponde a una alteración del sueño MOR. Las hipnalgiasson dolores que aparecen durante la iniciación del sueño como la topoparesia o la braquialgia parestésica nocturna.
2.4 Los trastornos de sueño vigilia como la demora progresiva de una hora al acostarse y levantarse que produce una menor sensibilidad a los horarios sociales. El retraso o desfase del sueño, que consiste en una dificultad para quedarse dormido al acostarse y trae como consecuencia la somnolencia diurna y el sueño compensatorio de los fines de semana, o el desfase temporal que está vinculado a los viajes en jet del este al oeste o al que se produce en el trabajo por turnos (horarios múltiples o cambiantes del sueño), que se acompaña de quejas gastrointestinales frecuentes y requiere de períodos variables de adaptación entre turnos.
3. Formas de exploración

El interrogatorio es fundamental y debe estar vinculado a las quejas más frecuentes respecto al sueño, como son la dificultad para dormirse o para mantenerse dormido (es decir, despertar con frecuencia durante la noche) o despertarse prematuramente por la mañana o la falta de sueño reparador. Determinar si el paciente está soñoliento durante el día o tiene necesidad de hacer siesta y si su rendimiento en las tareas habituales es normal. Precisar a qué hora se acuesta o si cambia de día en día. Cuánto tiempo le parece que debe dormir; si se despierta a intervalos frecuentes durante la noche o cuánto tiempo le lleva la siesta. Si se suman las horas de sueño es posible que el total sea mayor de lo que el paciente pensaba. Distinguir, también, las horas en que está en cama en otras actividades que no son el sexo o el sueño como, por ejemplo, las lecturas o las conversaciones telefónicas. Tener en cuenta, asimismo, que la irritabilidad durante el día, la fatiga física, la falta de eficiencia y la mengua en la capacidad de concentrarse pueden ser síntomas vinculados a insomnio como se comprueba en la privación del sueño en los laboratorios para tal fin.

PSICOPATOLOGÍA DEL PENSAMIENTO


 
Definición
Proceso complejo por el cual se aprehende un objeto o un aspecto de un objeto o situación. Así, juzgar, abstraer, concebir, razonar y, en sentido amplio, imaginar, recordar y anticipar son formas de pensar. Tener en cuenta que los procesos perceptivos antes que antagónicos son suplementarios en un acto cognoscitivo dado. El pensamiento se reconoce a través del lenguaje oral, escrito o mímico.
2. Alteraciones
Las alteraciones del pensamiento pueden ser en el contenido, en el curso o progresión y en lo formal o intrínseco:
2.1 Contenido. El Pensamiento delusional o delirante es aquel que se relaciona, especialmente, con la alteración del juicio, es decir, con la creencia o el saber erróneo e inmodificable pese a los argumentos lógicos en contra. Cuando esta forma de pensamiento se presenta sin antecedentes o precipitantes, inmediatamente reconocibles, se denomina delusión o delirio y cuando deriva de una experiencia mórbida, perceptiva o afectiva frecuentemente se designa como idea delusiva, delusión secundaria o delirio secundario.
La convicción delusional puede aparecer de un modo súbito o desarrollarse paulatinamente a partir de un temple o estado de ánimo delusional caracterizado por un sentimiento de alarma, de que algo va a suceder sin saberse cómo ni cuándo, que existe un significado no precisado en el mismo y en su entorno (amenaza, sospecha, desconfianza, conmoción, horror, inseguridad, agobio, perplejidad, expectativa angustiada) llamado Trema por Conrad. Cuando cristaliza la delusión y llega a constituir una estructura coherente cerrada en sí misma, se trata entonces de un sistema delusional. Los temas son muy variados y algunos caracterizan determinados síndromes o entidades psicopatológicas; así, en los deprimidos aparecen ideas delusivas de ruina, culpa, acusación, minusvalía; en los paranoides las de persecución, referencia, alusión, daño; alcurnia, grandeza, megalomaníacas en general, en los episodios maníacos; negación, nihilista, de enormidad, especialmente, en el síndrome Cotard y en algunas esquizofrenias; místicas, religiosas, mesiánicas, eróticas, en los esquizofrénicos hebefrénicos y paranoides; de reforma, de querella o reinvindicación y celotípicas, en los paranoicos. Adquiere un valor clínico importante para el diagnóstico de esquizofrenia cuando el tema es raro y extraño y la claridad de la conciencia está conservada. Puede presentarse, también, en los trastornos orgánico cerebrales (Alzheimer) o en las psicosis tóxicas, como sucede con el delirio dermatomórfico de la intoxicación cocaínica o en el síndrome paranoide producido por la anfetamina. Asimismo, la interpretación delusiva es frecuente en los trastornos de conciencia y en las psicosis afectivas.
Pensamiento obsesivo. Se refiere a pensamientos, representaciones o grupos de pensamientos que ejercen un dominio sin motivo sobre la mente y que, en reaparición constante e inoportuna, tienen tendencia a la repetición infinita y a la incoercibilidad, a pesar del esfuerzo voluntario para desecharlos. La lid que se entabla entre las representaciones o pensamientos y el normal fluir de éste provoca un tono afectivo altamente angustioso. La obsesión como resultante es vivida con conciencia de falsedad o, por lo menos, de inutilidad y siempre con la convicción de que no es sugerida del exterior, padeciéndose, además, a plena lucidez de conciencia. Los temas obsesivos son muy variados y estarán de acuerdo a la jerarquía de valores del sujeto y a su actividad preeminente del momento.
Lo más valioso entra en conflicto obsesivo (antinomia); para unos, los de mayor valor serán la salud, la moral, la religión, la sexualidad, la existencia, la filosofía; para otros, lo absoluto, los números, el orden, la limpieza o la verificación. En todo caso son casi siempre de tipo negativo: tristes, crueles, angustiantes, deprimentes, atormentadores, odiosos, espantosos, penosos; nunca alegres ni felices. Estos temas se convierten en preocupaciones exclusivas llevando a la duda que obliga a la repetición interminable que en el caso del acto, se denomina compulsión, es decir, el pensar que no se ha ejecutado bien un acto simple o complejo que obliga a recomenzarlo o repetirlo en su totalidad. El lavado repetido de manos es una de las compulsiones más frecuentes. La duda compulsiva conforma la famosa locura de la duda. En la clínica el fenómeno obsesivo se presenta acompañando a la depresión melancólica, a la esquizofrenia, a algunos síndromes orgánico cerebrales como el epiléptico y por sí solo, constituye la anteriormente llamada neurosis obsesiva y ahora denominada trastorno obsesivo compulsivo.
Pensamiento Fóbico. Es aquel que está constituido por ideas que aparejan temores irracionales a objetos, situaciones o seres vivientes cuya presencia real, y a veces imaginada, provoca angustia que puede llegar hasta el pánico. El sujeto reconoce como anormal su respuesta. En la actualidad su clasificación se ha simplificado en tres grupos:
a) Agorafobia. Es el temor de estar o sentirse solo en lugares públicos y donde podría tener dificultades para escapar o ser auxiliado en caso de súbita incapacidad. Ello motiva una conducta evitativa. Por lo tanto, las muchedumbres, los grandes almacenes, los cines, se tornan objetos fóbicos. Además, el agorafóbico puede tener miedo de estar solo o de apartarse de su fuente de seguridad y, por ello, sentirse indefenso o incapaz de huir.
b) Fobia Social. La característica fundamental es un miedo persistente e irracional a las situaciones en que el sujeto puede verse expuesto a observación o evaluación por parte de los demás, con un deseo apremiante de evitar tales situaciones. También existe miedo a comportarse de una manera humillante o embarazosa. Los ejemplos incluyen hablar o actuar en público, utilizar los urinarios o lavabos comunales, comer en público y escribir en presencia de otras personas.
c) Las Fobias Simples. Constituyen una categoría residual una vez excluidas las dos anteriores. Los objetos temidos son a menudo animales (insectos, reptiles, ratones) y situaciones (claustrofobia o miedo a los espacios cerrados, aunándose una acrofobia o temor a las alturas, por ejemplo).
Desde el punto de vista clínico las fobias son manifestaciones de los trastornos de ansiedad en las clasificaciones actuales. La agorafobia es más frecuente en las mujeres. La fobia social suele empezar al final de la infancia o al principio de la adolescencia. (Muchos individuos normales tienen dificultades de hablar en público, pero sólo será fobia social a menos que la ansiedad y el miedo provocado se considere excesivo e irracional, con conducta de evitación). Como síntoma puede estar presente en la melancolía, en la esquizofrenia y constituir por si sola la llamada anteriormente neurosis fóbica y ahora trastorno fóbico.
Ideas sobrevaloradas. Son pensamientos en que el aspecto afectivo del convencimiento predomina sobre el racional, de manera que éstos tienen un lugar privilegiado en la vida del sujeto llegando a orientar unilateralmente su conducta. Normalmente este tipo de ideas se encuentra entre los políticos, artistas, religiosos o los partidarios de un club deportivo ("hinchas"). Cuando estos contenidos ideicos se manifiestan como una prolongación de la personalidad se constituye la llamada personalidad del fanático. Las ideas sobrevaloradas de tipo hipocondriaco son las más comunes y acompañan con mucha frecuencia a los estados depresivos, en oportunidades a la esquizofrenia, en su comienzo, y a la patología de la tercera edad.
2.2 Curso o progresión. La disgregación del pensamiento consiste en la asociación laxa, distante o ilógica de pensamientos entre sí que tornan incomprensible su sentido racional o emocional a pesar que el paciente elabore frases que, siendo adecuadas por separado, no están relacionadas consecuentemente y, por lo tanto, el razonamiento no llega a una conclusión veraz. Cuando la disgregación no es muy marcada puede pasar inadvertida en el lenguaje hablado, pero fácilmente objetivable en el escrito. En otras oportunidades puede ser tal que el discurso se componga de palabras aisladas o fragmentarias, condensaciones de ellas, neologismos o solamente sílabas, constituyendo una ensalada de palabras, como llaman algunos a esta alteración extrema.
Características similares se observan cuando hay trastornos de conciencia, especialmente cuando ésta oscila entre el entorpecimiento y la lucidez, llamándose entonces pensamiento incoherente. La disgregación está presente en la excitación psicomotora y en sujetos normales bajo gran tensión emocional. En los procesos esquizofrénicos tienen valor diagnóstico cuando no hay alteración en el nivel de la conciencia.
Pensamiento inhibido o lentificado. Es manifestado por el paciente como una dificultad en su fluidez; las asociaciones son escasas y existe una franca dificultad en la elaboración mental con una pobre variedad ideacional que, sin embargo, con esfuerzo logra un pensamiento completivo. Este trastorno es frecuente en las llamadas depresiones inhibidas y se presenta, también, en los compromisos de conciencia, en los síndromes psicorgánicos y en algunos esquizofrénicos preocupados y afligidos.
Aceleración del pensamiento y fuga de ideas (pensamiento ideofugal). Aquí la asociación y la facilidad de pasar de un tema a otro se oponen a la alteración anterior, y se transforma en fuga de ideas cuando pierde la dirección hacia la meta inicial que lo originó, o se cambia con frecuencia hacia otras, por intercurrencias externas o internas intercaladas, que la distraen constantemente o por la superficialidad y fugacidad de las asociaciones, muchas veces sólo por asonancia o contiguidad que no permiten la completividad del razonamiento. Esta alteración asociada a la verborrea y el ánimo eufórico es muy característica de los episodios maníacos. Presente en cuantía menor en los estados expansivos, hipomaníacos y en las diversas embriagueces de grado moderado. La fuga de ideas extrema por un mecanismo inverso al pensamiento inhibido y exceso de asociaciones, puede llegar, como éste, al mutismo.
Pensamiento prolijo o circunstancial. Tiene como fundamento la mengua de la capacidad de síntesis y, por lo tanto, no distingue lo esencial de lo accesorio, elaborando un discurso cargado de minuciosidades y detalles que intervienen en los acontecimientos, pero que alargan innecesariamente el relato, aunque no se pierde el sentido principal, llegando finalmente a conclusiones precisas y concordantes con la realidad. Presente en los trastornos orgánico cerebrales como las demencias y las epilepsias deteriorantes, y en las personalidades con rasgos pedantes.
Bloqueo o interceptación del pensamiento. La fluidez se detiene bruscamente por la falta, en ese momento, de asociaciones consecuentes que le permitan continuar el discurso que, pasado un breve lapso, puede ser reanudado con el mismo u otro tema. A diferencia de la ausencia, este trastorno se produce con la conciencia clara y el sujeto se percata y explica su dificultad. Presente, especialmente, en los esquizofrénicos catatónicos; también, en los estados de perplejidad o de terror, y durante el sentimiento de vacío de los deprimidos y esquizofrénicos en general.
2.3 Formales o intrínsecos. Pensamiento esquizofrénico. Se rige por una serie de características como que el sujeto "piensa mayormente en términos más concretos, realistas y factuales y como consecuencia las cosas tienen un valor más personal que simbólico" (Kassanin). De otro lado, el pensamiento no tiene una organización lógica normalmente sindética y sí utilización de metónimos y expresiones idiosincráticas con interpenetración y sobreinclusión de temas. De esta manera se puede tipificar, entre otras, las alteraciones siguientes:
Pensamiento autístico o dereístico, en el que el mundo subjetivo (recuerdos, vivencias, ensueños o producciones anormales como las alucinaciones) se impone sobre el objetivo, haciendo caso omiso de la realidad presente aunque la percibe correctamente. Afines o derivadas de esta alteración están el simbolismo primitivo, el poder mágico del pensamiento y la palabra, la reificación o concretismo de lo mental y la participación en el alma ajena y en el ser de las cosas.
Enajenación del pensamiento. Implica que éste escapa al control del sujeto perdiendo su autonomía y son sus variedades lospensamientos hechos o introducidos, la substracción (robo), la publicación del pensamiento y el eco del pensamiento, entre otras.
Ambivalencia. Consiste en referir juicios opuestos sobre un mismo sujeto, objeto o situación en un mismo momento. Por ejemplo "José está vivo pero está muerto".
Adjudicación de significaciones adventicias. Las palabras y conceptos adquieren denotación distinta de la habitualmente aceptada.
Otra alteración intrínseca es el pensamiento deficitario u oligofrénico, caracterizado por una estructura rudimentaria donde los conceptos son escasos, la abstracción y generalización, siempre difíciles, lo son aún más cuando se trata de lo que está relacionado con sus propias y elementales necesidades. Precaria tanto la comprensión cuanto la explicación de los hechos por la no distinción entre causa y efecto, todo y partes, y realidad y fantasía.
Pensamiento demencial. Comparte muchas de las características del anterior, pero es adquirido. No es homogéneo en su producción, pues al lado de fallas noto
rias se logran aciertos notables, indicando que en algún momento el funcionamiento fue normal; sin embargo, estos aciertos no tienen mayor continuidad. Asimismo, al lado de la pérdida de las capacidades mentales superiores se comprueba un menoscabo de la memoria, atención y expresión verbal con una tendencia a la repetición.
Neologismos. Consisten en la formación de nuevas palabras a base de uniones, de una parte de un vocablo con una parte de otro, y las cuales adquieren un significado especial. Los neologismos son propios de los esquizofrénicos, pero pueden presentarse en personalidades histriónicas o pedantes con el objeto de llamar la atención por una supuesta originalidad; también en los deficientes mentales por mal uso de las palabras.
3. Formas de exploración
A través de la entrevista y de un ordenado, pero no incisivo interrogatorio, se logran los mejores resultados. El discurso espontáneo permite valorar la riqueza asociativa y conceptual, la consistencia y profundidad de los raciocinios o temas tratados, ordenados y congruentemente en relación a los intereses, necesidades o el nivel cultural del sujeto. Asimismo, a pesar de la dificultad o la facilidad de producción ideica, no hay que dejar pasar por alto la ideación paranoide en pacientes recelosos, desconfiados o egocéntricos con preguntas acerca de sus relaciones con la gente en general o los compañeros de trabajo y estudio. Preguntar si considera que alguien o algunos tienen interés en perjudicarlos, burlarse, criticarlos o envidiarlos; si son dueños de su pensamiento, o si existen fuerzas o personas que se apoderan, sustraen o publican su pensamiento (enajenación); asimismo, si se cree que lo observan, acosan o persiguen o si hay personas que lo malquieren. No dejar de preguntar tampoco, en sujetos de ánimo alegre o expansivo, acerca de la posesión de riquezas, abolengo, proyectos a ejecutar, aumento de las capacidades intelectuales o físicas. Otro tanto hay que precisar en alguien de humor triste, respecto a ideas de culpa, reproche, temor al castigo divino o de la justicia por actos supuestamente deshonrosos o perjudiciales a terceros, por ejemplo. Tampoco dejar de formular preguntas en relación a obsesiones y fobias en sujetos rígidos, ordenados y escrupulosos, preguntándoles si hay ideas o pensamientos difíciles de erradicar de la mente, tendencia a repetir actos para comprobar su exactitud o si existen temores infundados a objetos o situaciones que se reconocen inofensivos.

La calidad final del pensamiento puede sopesarse a través de pruebas simples como hallar diferencias y similitudes o dar el significado a refranes conocidos. De otro lado, para el análisis funcional del pensamiento existen pruebas especialmente diseñadas como las de Jung, Zucker, Hanfmann-Kassanin y la de Wechsler misma.